Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2025

Blog XVIII (Autoría Hugo Castresana)

  Me he mudado con mi pareja a nuestro nuevo piso. Es un edificio pequeño, y en nuestro rellano solo hay dos puertas: la nuestra y la de una vecina mayor. Desde el primer momento en que la conocí, me cayó bien. Una señora encantadora, educada y con principios. No tenía hijos ni familia cercana, pero tenía una energía y una alegría contagiosas. Con el tiempo, nuestra relación se hizo más cercana. Siempre tenía una historia interesante que contar y, sobre todo, compartíamos una visión clara sobre la realidad de España. Nada de discursos progres financiados con dinero público ni de adoctrinamiento ideológico. Veía el mundo con la claridad que muchos han perdido. Un día, mientras subía con una bolsa de cuero grande y visiblemente pesada, la ayudé a llegar al ascensor. De repente, su cuerpo se desplomó. Intenté reanimarla, pero fue en vano. Murió en mis brazos. La escena fue dura, pero lo que vino después me dejó helado: dentro de la bolsa había montones de billetes y un sobre con sus ú...

Bolsa con dinero

Voltaire, el filósofo francés, decía: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo." Muchas veces uno se pregunta cómo un partido que niega el cambio climático, ataca derechos de mujeres y minorías y rechaza la inmigración sigue ganando apoyo. Pero eso es lo que tiene la democracia: si quieres que todos tengamos derecho a voto, vas a tener que aceptar a los que tengan ideas inaceptables a tus ojos. Si uno elige aceptar solo algunos tipos de pensamiento, no serás mejor que cualquier otro estado totalitario, aunque tus ideas sean contrarias. Ahora, respetar todas las ideologías, por mucho que las odies, puede llevar a situaciones difíciles, como decidir qué hacer con el dinero que tu vecina iba a entregarle a Vox como su última voluntad. En este caso, yo me quedaría con el dinero, por mucho que esto choque con mi idea de la igualdad. Vox es un partido que está precisamente en contra de la igualdad y que sostiene conscientemente el princ...

Blog XVIII

Mi pareja y yo, después de tanto tiempo de espera, conseguimos que se nos apruebe una hipoteca para un piso bastante bien ubicado y que cumplía con nuestras necesidades. Después de todo el papeleo y la espera, llegó el momento que todo cambio de vivienda conlleva, la mudanza. Dentro de todo este escenario estresante y agotador, subiendo y bajando cajas y comprobando que todo esté en orden, en una de las tantas paradas para tomar el aire, se nos presentó una amable anciana que resultó ser nuestra vecina. Tuvimos una breve charla para presentarnos para luego seguir con la mudanza, la cual se hizo más amena después del tiempo pasado con esa tan agradable señora mayor. Ya llevábamos un par de meses viviendo en el nuevo piso, dentro de este tiempo pudimos conocer un poco más sobre la vida de nuestra vecina. Resulta que ella no tenía ningún hijo o familiar cercano, no sabemos exactamente el porqué, pero tampoco queríamos hacer preguntas muy personales. Fue en una de las tantas coincidencias ...

¿LO DONO?

  Hoy ha sido un día triste, muy triste. Cuando volvía de comprar el pan me he cruzado con Mari Carmen, nuestra vecina de enfrente. Desde que nos mudamos Mari Carmen ha sido una persona encantadora, que siempre estaba dispuesta a ayudar, a contarnos sus historias de cuando era joven e incluso hemos comido varios domingos con ella. Hoy nos hemos saludado como de costumbre. Ella iba con una bolsa de cuero muy grande y pesada, por lo que me he ofrecido a ayudarla y hemos ido al ascensor. Es entonces cuando  desgraciadamente ha sucedido algo totalmente inesperado. Mari Carmen se ha empezado a encontrar muy mal, y en cuestión de segundos le ha dado un ataque. He salido rápidamente del ascensor y he entrado a casa, en busca de mi móvil, pues había salido a comprar el pan sin él. He llamado a la ambulancia y se han llevado a Mari Carmen, pero hace unos minutos he recibido la llamada de que no han podido salvarla. No obstante, pese a que esté devastado, no vengo a contaros como me sie...

Blog XVlll

  Hace poco me mudé con mi pareja a un piso nuevo. Era pequeño pero acogedor, perfecto para empezar una nueva etapa juntos. En nuestra planta sólo había otra puerta: la de una señora mayor que vivía sola. Desde el primer momento fue encantadora. Siempre con una sonrisa, siempre amable. Poco a poco, empezamos a hablar más. Nos caíamos muy bien. Era como tener una abuela cerca. Un día la vi salir de su casa con una bolsa grande, de cuero, que pesaba muchísimo. Le ofrecí ayuda, por supuesto. Mientras subíamos al ascensor, de pronto se llevó la mano al pecho. Le dio un ataque. Intenté ayudarla, llamé al 112, pero no sobrevivió. Murió allí mismo, delante de mí. Todavía tenía su bolsa en las manos. Al abrirla, descubrí algo que no esperaba,y es que estaba llena de billetes. Había muchísimo dinero,y  dentro también había un sobre, con una nota escrita por ella. Eran sus últimas voluntades. Decía que todo ese dinero quería donarlo al partido político de Vox. Me quedé en shock. Por un ...

Blog V

Hace un tiempo me mudé a un piso nuevo, un lugar tranquilo donde solo estaban mi puerta y la de otra vecina.Al poco tiempo, conocí a esa vecina, una señora mayor, muy maja, de esas personas que te caen bien en cuanto las conoces.Cada vez que la veía, nos poníamos a charlar un rato, y empezamos a tener una relación bastante cercana.Un día, la vi llegar al portal con una bolsa de cuero enorme, llena de billetes. La acompañé hasta el ascensor, y justo cuando estábamos ahí, de repente le dio un ataque.Murió en el acto.  Lo que más me sorprendió fue lo que encontró dentro de la bolsa. Además de los billetes, había un sobre. En ese sobre estaban sus últimas voluntades. Quería donar todo su dinero a Vox. Ahí fue cuando tuve que tomar una decisión.¿Cumplir su última voluntad o quedarme con el dinero? Yo, sinceramente, no lo donaría. Aunque su intención era generosa, el destino.De ese dinero me parecía complicado.  No compartía su ideología, y me sentí incómodo con la idea de apoyar al...

Blog V

  Cuando yo y mi pareja adquirimos el apartamento, nos sentimos muy felices. Era reducido, pero cómodo, y solo contamos con una sola vecina: una dama de avanzada edad, encantadora. Se conocía como Carmen. Desde el primer día nos mostró amabilidad. Nos proporcionaba pasteles, nos relataba anécdotas de su juventud y siempre mostraba interés por nuestra forma de ser. Poco a poco, se transformó en una abuela para nosotros. Jamás tuvo hijos ni una familia próxima. Vivió en soledad, pero no se mostraba triste. Siempre poseía una sonrisa y un discurso hermoso. Un día, durante el proceso de traslado, la observada descendiendo por las escaleras portando una bolsa de gran tamaño de cuero. Parecía agobiada, y me comprometí a asistirle. Al llegar al ascensor, de repente se puso la mano en el pecho. Sucedió al suelo sin pronunciar una sola palabra. Callamos a urgencias, pero no lograron actuar. Carmen había fallecido bajo mis manos. Fue muy desolador. Jamás imaginé que experimentaría algo de es...

Blog XVIII

  No hace mucho me mudé con mi pareja a un piso nuevo. Allí conocí a mi vecina, una mujer mayor bastante agradable, con quien me empeze a llevar bien rápidamente.  Un tiempo después de conocernos yo iba a salir de casa y me la encontré con una gran bolsa de cuero, subimos juntos al ascensor y durante el trayecto a la pobre le dio un ataque y palmó ahí mismo. Cuando vi que había desfallecido rápidamente revise sus signos vitales y confirmé que estaba muerta, también revise la bolsa, no vaya a ser que tuviera algo que pudiera ser de ayuda en esa situación, y lo que me encontré fue que la bolsa estaba a rebosar de dinero. Debajo de aquel montón de dinero había un sobre, en el que mi vecina manifestaba su voluntad de donar ese dinero a Vox. En ese momento muchas cosas pasaron por mi cabeza, aunque llegué a una conclusión. Delante de mí había dos opciones: podía ser un sinvergüenza y quedarme con el dinero de mi vecina o, por otro lado, cumplir su último deseo y llevar a cabo la do...

Blog XVIII

Cuando mi marido y yo nos acabábamos de mudar a una nueva casa, me pasó algo que nunca antes había pensado que me iba a pasar. El primer día de mudanza estábamos bastante nerviosos, ya que no sabíamos si nuestros vecinos iban a ser agradables o no y nos gustaría tener unos vecinos majos y con los que no tengamos ningún problema. Mientras mi marido y yo estábamos bastante estresados con todo el montón de cajas de la mudanza, apareció una señora, la cual era mayor. Empezó a hablar con nosotros diciéndonos que era nuestra vecina y que disfrutáramos en nuestra nueva casa. Además, nos ofreció su ayuda con la mudanza y con lo que le pidiéramos. Me pareció una señora muy maja y agradable. Con el paso del tiempo, hablábamos más. Empezamos a contarnos anécdotas, a hablar sobre cosas de entretenimiento... Me encantaba pasar tiempo con ella. Un día, al entrar a mi portal, vi a esta mujer. Estaba a punto de entrar en el ascensor y llevaba una bolsa de cuero negra, la cual pesaba mucho y era bastan...

Blog XVIII

 Hace unos meses, mi pareja y yo nos mudamos a un nuevo piso, un lugar tranquilo con solo un par de vecinos. La señora del lado era una mujer mayor, muy simpática y amable, siempre dispuesta a ayudar y a compartir una conversación. Aunque no tenía hijos ni familiares cercanos, pronto comenzamos a entablar una relación cercana con ella. Era como una abuela para nosotros, siempre tan cariñosa y preocupada por nuestro bienestar. Me gustaba mucho pasar tiempo con ella y escuchar sus historias. Un día, mientras estábamos en medio de la mudanza, la vi por el pasillo cargada con una enorme bolsa de cuero. Se veía agotada, así que decidí ofrecerme a ayudarla. La acompañé al ascensor, pero, de repente, sin previo aviso, se desmayó. Intenté hacer todo lo posible por ayudarla, pero fue demasiado tarde, y la señora falleció en el acto. Quedé completamente en shock. No sabía qué hacer ni cómo reaccionar ante la tragedia. Al revisar la bolsa que llevaba, me encontré con algo que no esperaba: e...

Blog XVIII (5/6)

Hoy ha sido uno de esos días que uno nunca imagina vivir. En plena mudanza a nuestro nuevo hogar, mi marido y yo conocimos a nuestra única vecina de rellano: una señora mayor, amigable y siempre dispuesta a hablar. Según iban pasando las semanas, se convirtió en una presencia cálida, casi familiar. No tenía ni hijos ni parientes cercanos, así que, en cierto modo, estábamos ocupando un pequeño lugar en su vida solitaria. Esta tarde, mientras la ayudaba a llevar una bolsa pesada hasta el ascensor, se empezó a marear y a compulsar, lo que podría indicar un ataque al corazón. Me asusté, intenté sostenerla y hablarle, pero en pocos segundos cayó en mis brazos, y poco después murió ante mis ojos, sin que pudiera hacer nada. Agobiada, llamé a la ambulancia rápidamente, aunque ya era evidente que no se podía hacer nada por ella. Los sanitarios confirmaron lo que yo ya intuía, y después de que se la llevasen, quedé sola en el pasillo, con esa bolsa en las manos. No sabía qué hacer con ella, per...

Blog XVIII

Hace poco me mudé con mi pareja a un pisito en el centro de la ciudad, a la mitad de mis vecinos no les conozco. Dio la casualidad que el otro hace un par de semanas subí con una de mis vecinas en el ascensor. Era una señora de unos 85 años muy simpática y entrañable. A medida que nos fuimos encontrando fuimos conociendo. Uno de estos días me contó que no tiene familia alguna.  Hace un par de días la vi cargada de bolsa y decidí ayudar a cargar las bolsas al ascensor. Cuando subíamos de repente empezó a encontrarse mal, y de repente le dio un ataque al corazón. Así que allí estaba yo: en un ascensor diminuto, sin poder moverme con el cuerpo inerte de mi vecina, y sus cosas claro. Histérica perdida busqué en su bolso algo que me dijera que podía hacer. Terminé encontrando algo que no esperaba: sus últimas voluntades y una suma de dinero impresionante. Las últimas voluntades decían que todo el dinero que tenía quería donarlo a Vox. Por lo visto, legalmente estoy obligada a cumplir lo...

¿Dono el dinero?

  Me acababa de mudar con mi pareja a nuestro nuevo piso. Era un momento especial, la primera casa que comprábamos juntos, y aunque la mudanza era un caos, estábamos ilusionados. En nuestro rellano solo había otra puerta, la de una señora mayor. Se llamaba Carmen. La conocimos el primer día por casualidad, y desde entonces se convirtió en una presencia constante. Era una mujer encantadora, amable, con ese aire de abuela sin nietos que te hace sentir en casa. Poco a poco se ganó nuestro cariño. Un día, mientras bajábamos cosas al coche, apareció con una bolsa grande de cuero. Se notaba que le pesaba, así que me ofrecí a ayudarla. La acompañé hasta el ascensor, pero justo antes de entrar, le dio un ataque. Se desplomó. Llamé a emergencias, intenté ayudarla, pero falleció ahí mismo. Fue un momento durísimo. La bolsa seguía en el suelo. Dudé, pero al final la abrí. Estaba llena de billetes. Una cantidad descomunal. Y entre los fajos, un sobre con una nota escrita a mano. Era su última ...

Blog XVIII

Hoy fue uno de esos días que jamás piensas experimentar. A medida que mi esposo y yo nos trasladábamos a nuestro nuevo hogar, conocimos a la única inquilina de nuestro apartamento: una mujer de avanzada edad, cordial y dispuesta a dialogar. Con el transcurso de las semanas, se transformó en una persona íntima, casi como si fuera parte de la familia. No contaba con hijos ni parientes próximos, por lo que, de algún modo, tomamos un papel en su vida de soledad. Esta tarde, mientras la asistía a transportar una bolsa de gran peso hasta el elevador, comenzó a sentir vértigo y espasmos. Parecía un estallido cardíaco. Me asusté bastante. Intenté mantenerla y comunicarme con ella, pero en cuestión de segundos cayó en mis brazos... y falleció justo ahí, sin que yo pudiera intervenir. Callé a la ambulancia lo más rápido que pude, a pesar de que ya era evidente que no había ninguna tarea por realizar. Los paramédicos corroboraron su deceso. Tras ser llevada, me encontré en soledad en el pasillo,...

Blog XVIII

 Hace poco me mudé a un edificio tranquilo. En el rellano solo había otra puerta. En esta vivía Carmen, una señora ya muy mayor. Era muy maja, y con el tiempo fui teniendo más relación con ella. A veces, incluso nos ayudaba con la mudanza. Un día, mientras volvía del trabajo, la vi con una gran bolsa de cuero dirigiéndose al ascensor. Yo también me dirigía hacia allí, así que subimos juntos. Comenzamos a hablar sobre lo mal que había estado el tiempo aquella semana. Todo iba bien hasta que, al llegar al tercer piso, Carmen comenzó a marearse. Rápidamente la ayudé a tumbarse y llamé a una ambulancia. Cuando llegaron los paramédicos, dijeron que Carmen ya no respiraba. Me puse triste, ya que,para mí ella era alguien especial, una señora que alegraba mis días y de la que siempre aprendía algo nuevo. Mientras lloraba en el ascensor, recordé la bolsa de cuero que tanto me había llamado la atención. Decidí cogerla y llevarla a mi casa. La dejé sobre una mesa y, con todo lo ocurrido, p...

Blog XVIII

 Hace unos meses, me mudé a un edificio a las afueras de la ciudad junto con mi esposa. En aquel rellano, solo había una puerta más, en la que vivía una señora anciana que estaba viuda. Mi vecina era una persona de gran corazón, siempre me ayudaba con los problemas que tenía con ciertas cosas de la adaptación a mi nueva vivienda. Con el paso del tiempo, tanto mi pareja como yo nos hicimos muy cercanos a esta anciana, llegando al punto de que cada viernes nos juntábamos en su casa para comer todos juntos. Un par de meses más tarde, mientras volvía del trabajo, la vi entrando en el ascensor, con una bolsa de cuero bastante grande y pesada. Por suerte, la vecina puso la mano en la puerta del ascensor para que me diera tiempo a entrar. Mientras subíamos, de un momento para otro se desplomó en el suelo. Yo me temí lo peor, de hecho, diría que es uno de los sucesos más traumatizantes de mi vida. Lo primero que hice fue llamar a emergencias, me dijeron que llegarían en 10 minutos. Mientra...

BLOG XVIII

Hace poco me mudé con mi pareja a un piso nuevo. Estábamos muy felices porque era nuestro primer hogar juntos. En el mismo rellano solo vivía una vecina, una señora mayor que se llamaba Carmen. Desde el primer día fue muy amable con nosotros. Siempre sonreía, nos traía comida casera y nos hablaba con cariño. Poco a poco, se volvió una persona muy especial para mí, como una abuela. Un día, mientras estábamos en medio de la mudanza, la vi subir con una bolsa de cuero muy grande y pesada. Me ofrecí a ayudarla. Ella me dio las gracias, pero justo al llegar al ascensor, se puso mal. Le dio un ataque y murió allí mismo, delante de mí. Fue un momento muy triste y difícil. Llamé a emergencias y traté de mantener la calma. Mientras esperaba, abrí su bolsa para buscar su documentación. Entonces vi algo que no esperaba: la bolsa estaba llena de billetes. También había un sobre con una nota escrita por ella. En esa carta decía que quería donar todo ese dinero al partido político Vox.  Yo no es...

¿Donarlo, o no donarlo?

  El dilema que se plantea esta semana para escribir el blog es sobre si donaríamos una gran cantidad de dinero a Vox como última voluntad de una vecina. La respuesta obviamente es no. Pero no porque el dinero fuera a ser donado a Vox o quien sea, sino porque es dinero. Y todo el dinero posible que caiga en mis manos (o por los alrededores) lo quiero para mí. Es lógica pura y dura. Yo entiendo que la última voluntad de la señora fuera donarlo al partido político que más se adecuaba con su ideología, pero… es una bolsa llena de dinero en negro. Es decir, podría hacer lo que quisiera con ese dinero ya que no sería rastreable. Desde comprarme un baserri, hasta irme de viaje mensualmente (siempre dependiendo de la cantidad del dinero claro…). Con esto, quiero decir que no es que no lo donaría por el hecho de ser Vox (aunque un poco también influye), sino porque tal cantidad de dinero donada a un partido político (sea cual fuere ya que todos son igual de inútiles) sería desperdiciada en...

Blog XVIII

 Recientemente me he mudado a este edificio con mi mujer, una vencidad muy bonita. En mitad de la mudanza, mientras intentábamos meter el sofá por la puerta, se apareció una señora de unos noventa años. Era nuestra vecina Carmela. Después de un tiempo de estar conviviendo en el mismo rellano y hacernos amigos con Carmela me la encontré un día subiendo en el ascensor con una bolsa enorme de cuero. Me sorprendió que una señora tan mayor como ella tuviera la fuerza para levantar aquella bolsa. Estuvimos hablando un rato mientras subíamos cuando, sin dar señales, a Carmela le dio un ataque al corazón, y lamentablemente falleció. En un estado de pánico intenté despertarla, pero sin ningún resultado. Busqué por su teléfono algún contacto pero no había nadie. A pesar de la duda, abrí su bolsa con mínima esperanza de encontrar alguna solución. Al abrirla, me encontré anonadado al ver una cantidad de dinero inimaginable junto a un sobre. En él, había una carta con las ultimas voluntades de ...
  Hace un par de meses me mudé con mi pareja a un barrio muy tranquilo. Desde el principio, nos parecía una zona muy cómoda y nuestros vecinos fueron siempre muy agradables. Incluso hicimos migas con la vecina de la puerta de enfrente. Era una señora mayor, muy habladora, dulce y nos trataba como si fueramos sus nietos. Muchas veces nos traía tuppers llenos de comida que hacía, y nos quedabamos charlando por horas de cualquier cosa. Me parecía una persona con la que se podía hablar de lo que fuera, y que no juzgaba a nadie. Una mañana cualquiera, después de salir a correr como todos los día, me la encontré en el portal. Venía cargada de bolsas. Una me sorprendió bastante. Era grande, de cuero y parecí­a pesada. Nos saludamos y entramos al ascensor. De repente se empezó a marear. Yo la intentaba sujetar, pero en una de estas se cayó redonda al suelo. Falleció. No me lo podía creer, me quedé en shock. Llamé corriendo a la ambulancia. En lo que tardaba en venir, me dió por abrir esa...

última voluntad

Me he mudado hace poco. El piso es bonito, pequeño, pero acogedor. Solo hay dos puertas en el rellano: la mía y la de una vecina. Un día, mientras subía cajas, ella salió a saludar. Es una señora mayor, de las de antes. Muy maja, muy dulce, muy amable. Desde entonces empezamos a hablar todos los días. Me traía bizcochos, me preguntaba cómo estaba, me contaba cosas de su vida. No tenía hijos, ni familia. Decía que ahora me tenía a mí. Una tarde la vi en el pasillo. Llevaba una bolsa de cuero muy grande, parecía muy pesada. Caminaba lento, con dificultad. Le ofrecí ayuda y me dijo que sí, que le venía bien. Fuimos juntas hacia el ascensor. En ese momento, de repente, se paró. Se llevó la mano al pecho. Se cayó al suelo. Intenté sujetarla, hablé con ella, llamé al 112. Pero no respondía. Murió allí, a mi lado. Me quedé en shock. La bolsa seguía en el suelo. Pensé en buscar su DNI, algún contacto, algo. Abrí la cremallera. No podía creer lo que veía. Estaba llena de billetes. Muchos. Una c...
  Hace poco me cambié de piso, en una zona mejor que la anterior que tenía y con un ambiente más alegre. Conocí a una vecina de mi edificio, la cual era majísima y muy atenta, siempre nos saludaba con una sonrisa de oreja a oreja.  Un día, coincidimos en el portal y los dos teníamos que subir al ascensor. Ella llevaba una bolsa de cuero negra. Cuando estábamos subiendo, ella sufrió un ataque al corazón y terminó muriendo. Esta escena me dejó descolocado y con un trauma muy fuerte. después de llamar al 112, investigue qué cosa podía haber en la maleta de cuero. Y encontré una cosa que me impactó mucho.  Una maleta llena de fajos de billetes y con una carta en la que su última voluntad era darle todo al partido político de VOX. Esto me impactó porque lo normal sería dárselo a una ONG o a unos niños que lo necesiten. En mi cabeza pasaba el quedarme el dinero yo, sin embargo, mi madre me enseñó unos valores de respeto y de ser una buena persona.  Me sorprendió que le die...

Blog XVIII

Hace un tiempo me compré un piso con mi pareja y llevo viviendo aquí desde entonces. La verdad que desde que llegamos hemos estado muy a gusto, sin ningún tipo de queja hacia el apartamento o la comunidad. En mi mismo rellano había una mujer encantadora que vino ha saludar el primer día que nos instalamos. Nos dio la bienvenida con un pastel riquísimo y agradecimos mucho el detalle. Si bien es cierto que mi pareja y yo no somos de tener demasiado trato con los vecinos, esta mujer era tan amable que podíamos pasarnos horas hablando con ella. Hace un par de semanas me encontré a la mujer en el rellano, justo cuando ambos salíamos de casa. Ella, amable como siempre, saludó cordialmente, y cuando fui a hacerlo yo también, me fijé en que cargaba una bolsa de cuero que parecía muy pesada. Evidentemente, me ofrecí a sujetársela a lo que ella se negó. Estuve por preguntarla qué llevaba en ella, pues me reconcomía la curiosidad, pero decidí no hacerlo, ya que no quería que pareciera que me entr...

Blog XVIII

  Mi pareja y yo, tras una larga espera y muchos trámites, logramos finalmente que nos aprobaran una hipoteca para un apartamento bien situado y que se ajustaba perfectamente a nuestras necesidades. Después de todos los procedimientos administrativos y la espera, llegó el momento inevitable que acompaña todo cambio de residencia: la mudanza. En medio de ese proceso agotador, subiendo y bajando cajas, verificando que todo estuviera en su sitio, hicimos una pausa para descansar y en ese instante se nos acercó una anciana muy cordial que resultó ser nuestra vecina. Tuvimos una breve conversación en la que nos presentamos antes de retomar la tarea de trasladar nuestras pertenencias, la cual se hizo un poco más llevadera tras ese encuentro tan simpático. Ya habíamos pasado un par de meses en nuestro nuevo hogar, tiempo en el cual pudimos conocer un poco más acerca de la vida de aquella mujer. Supimos que no tenía descendencia ni familiares cercanos; desconocíamos las razones, y tamp...

Blog 5 Autoria pablo chao

  Hace unos meses, mi pareja y yo nos compramos un piso. Estábamos muy ilusionados. Era un piso pequeñito, pero perfecto para empezar nuestra vida juntos. En nuestro rellano solo había otra puerta, la de nuestra vecina. El primer día de mudanza apareció ella. Era una señora mayor, con el pelo blanco recogido en un moño, un abrigo de lana gris y una sonrisa que iluminaba el pasillo. Se llamaba Amalia. Nos trajo unas magdalenas caseras y nos dijo que si necesitábamos algo, podíamos contar con ella. Desde ese día, empezó una relación muy bonita entre nosotros. Amalia era dulce, educada, siempre tenía alguna historia curiosa que contar. Nos hablaba de su juventud, de su marido que ya no estaba, de cómo pasaba las tardes leyendo novelas antiguas. No tenía hijos ni familia cercana. Decía que nosotros éramos como sus nuevos nietos. Un día, bajábamos todos en el ascensor cuando la vi con una bolsa de cuero enorme. Le ofrecí ayuda, pero insistía en llevarla ella sola. A mitad del camino,...

Dinero de la señora

Me acabo de mudar a un edificio. En este edificio al hacer la mudanza me encuentro a una señora, muy agradable y respetuosa. Al vivir tan cerca muchas veces nos encontrábamos y hablábamos y en una de estas me contó que estaba totalmente sola y no tenía hijos. De pronto un día, esta señora y yo coincidimos en el ascensor y me extraño ya que nunca iba cargado pero esta vez era diferente. Apareció con una enorme bolsa de cuero pero antes de que le preguntara para que lo iba a usar cayó al suelo y murió. Dentro de la bolsa había mucho, pero mucho dinero pero con una nota: donarlo al partido político Vox. Este tema tiene muchos matices que hay que tener en cuenta. Sin tener en cuenta las consecuencias de nuestra acción estoy seguro de que cualquier persona se quedaría el dinero. Sin embargo, hay que tener en cuenta si la nota donde pone que quiere hacer con el dinero está en un documento firmado y legal. En este caso no tienes otra opción que entregar el dinero a Vox si no quieres problem...

Blog XVII

  Querida madre, si te llega esta carta, ya estaré muerto. Espero que estas próximas líneas, escritas durante mi poco tiempo restante en este mundo, te ayuden a saber que hasta el último instante siempre te mantuve presente en mis pensamientos. Sé perfectamente lo duro que será este momento para ti, pero no llores por mí, puede parecer una petición bastante difícil, pero tienes que saber que fue gracias a ti que fui feliz en esta vida. Cada día de mi vida estuvo lleno de tu amor, tus palabras y tus consejos. Guárdame en tu corazón, no con tristeza, sino con el orgullo de saber que me enseñaste a caminar por la vida con honor. No guardes rencor por lo que me ha sucedido, es esta misma guerra la que nos arrebata tantas cosas, y el odio simplemente alargará el sufrimiento. Al igual que yo, para otras personas es este su último día, y al día siguiente otras muchas caerán. Me parte el pensar en la gran cantidad de familias que se destrozan a diario por el simple hecho de defender una id...

AMA

Hola Ama,  Posiblemente cuando leas esta carta ya no estaré vivo, y es por eso por la que quiero agradecerte todo lo que has hecho por mí.  Desde el día en el que marché a esta horrible guerra he pensado en lo mucho que me apetecía uno de tus abrazos, de esos que te dejan sin aire. No obstante, la situación se ha agravado mucho, y ahora mismo estoy siendo retenido por el bando contrario. No creo que me quede muchos días en tierra, pero no dudes en que cuidaré de todos vosotros desde allí donde esté, como has hecho conmigo durante mis 23 años de vida.  Sin duda eres esa madre que todo el mundo querría tener, que da todo por sus seres queridos, y que no le importa sacrificarse con tal de hacer felices al resto. Como siempre te he dicho eres alguien especial, y haces que el resto brille a tu lado. Así que sigue siendo como eres, que la tristeza no te invada, y haz que las hermanas y aita avancen con todas sus fuerzas. Y si hace falta, no dudes en hablar conmigo que te estaré...

Blog XVII

Querida madre, Escribo esta carta con la incertidumbre de saber si algún día te llegará, pero con la esperanza de que puedas leer mis palabras y sentirme cerca. No sé qué me deparará el destino, pero quiero que sepas que siempre estaré agradecido por todo lo que hiciste por mí. Desde pequeño, tu amor y tu cariño fueron mi refugio. Siempre estuviste ahí para cuidarme, para darme fuerzas cuando las necesitaba y para enseñarme a superar los obstáculos que la vida me ponía. Recuerdo tus abrazos, tus palabras de aliento y la manera en que hacías que cualquier problema pareciera más pequeño. Gracias por haber sido mi madre, por haberme dado tanto sin esperar nada a cambio. No quiero que llores por mí. Si algún día esta carta llega a tus manos y ya no estoy, piensa en mí con alegría. Recuerda los momentos felices, las risas compartidas, los días en los que fuimos una familia unida. No dejes que la tristeza se quede en tu corazón. La vida sigue, y quiero que la vivas plenamente. Me encantar...

BLOG XVII

Ama querida: Cuando leas esta carta, yo ya no estaré en este mundo. No quiero que estas palabras te llenen de tristeza, aunque sé que será difícil. Me duele más imaginar tus lágrimas que enfrentar lo que me espera. Pero no quiero que pienses que me voy con miedo. Me voy con dignidad, con el corazón lleno de amor por ti y con la tranquilidad de haber luchado por una causa en la que creí con todo mi ser. No sé cómo explicarte lo que siento en este momento. Es extraño saber que mis horas están contadas, que dentro de poco todo se apagará. Pero, a pesar de eso, pienso en ti con una paz que me da fuerza. Tu recuerdo es mi abrigo aquí, entre estas paredes frías. Cierro los ojos y te veo en la cocina, amasando el pan, cantando bajito mientras el viento golpea las ventanas. Tu voz es lo último que quiero llevarme conmigo. Ama, no llores por mí. No guardes rencor ni odio en tu corazón. Este país ha sido partido en dos, y nosotros hemos quedado atrapados en medio de una tormenta que no quisimos....