¿Donarlo, o no donarlo?

 El dilema que se plantea esta semana para escribir el blog es sobre si donaríamos una gran cantidad de dinero a Vox como última voluntad de una vecina.


La respuesta obviamente es no. Pero no porque el dinero fuera a ser donado a Vox o quien sea, sino porque es dinero. Y todo el dinero posible que caiga en mis manos (o por los alrededores) lo quiero para mí. Es lógica pura y dura. Yo entiendo que la última voluntad de la señora fuera donarlo al partido político que más se adecuaba con su ideología, pero… es una bolsa llena de dinero en negro. Es decir, podría hacer lo que quisiera con ese dinero ya que no sería rastreable. Desde comprarme un baserri, hasta irme de viaje mensualmente (siempre dependiendo de la cantidad del dinero claro…).


Con esto, quiero decir que no es que no lo donaría por el hecho de ser Vox (aunque un poco también influye), sino porque tal cantidad de dinero donada a un partido político (sea cual fuere ya que todos son igual de inútiles) sería desperdiciada en su totalidad con suma rapidez.  Se utilizaría para pagar los sobornos, financiar anuncios o campañas, untar a los inspectores etc. 


Y como considero que eso no ayuda o aporta absolutamente nada al ciudadano medio, prefiero quedármelo yo y hacer cosas productivas y de gran utilidad con él. Como invertirlo, irme de viajes con mi familia, pagar la casa, ayudar a mis gurasos a pagar la suya…

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