Hace un par de meses me mudé con mi pareja a un barrio muy tranquilo. Desde el principio, nos parecía una zona muy cómoda y nuestros vecinos fueron siempre muy agradables. Incluso hicimos migas con la vecina de la puerta de enfrente. Era una señora mayor, muy habladora, dulce y nos trataba como si fueramos sus nietos. Muchas veces nos traía tuppers llenos de comida que hacía, y nos quedabamos charlando por horas de cualquier cosa. Me parecía una persona con la que se podía hablar de lo que fuera, y que no juzgaba a nadie.


Una mañana cualquiera, después de salir a correr como todos los día, me la encontré en el portal. Venía cargada de bolsas. Una me sorprendió bastante. Era grande, de cuero y parecí­a pesada. Nos saludamos y entramos al ascensor. De repente se empezó a marear. Yo la intentaba sujetar, pero en una de estas se cayó redonda al suelo. Falleció. No me lo podía creer, me quedé en shock. Llamé corriendo a la ambulancia. En lo que tardaba en venir, me dió por abrir esa misteriosa bolsa. Me quedé alucinando. En la bolsa había un millón de billetes, pero lo que más me llamó la atención fue un papel. Un papel con una declaración que nunca me habría imaginado. Quería donar todo ese dinero a VOX, el partido político. 


Tenía poco tiempo para pensar qué hacer. Podía llegar la ambulancia en cualquier momento. Era una decisión difícil. Podía quedarme con el dinero y hacer lo que yo quisiera, cumplir lo que mi vecina quería, entregarlo a la policía. Después de pensarlo por unos minutos decidí deshacerme del papel y entregar a la policía la bolsa. Luego ya, ellos decidirán qué hacer con toda esa cantidad de dinero. No me parecí­a bien quedarme con el dinero, al final me parecí­a robar a una persona que me había tratado siempre bien y me habí­a cuidado como a una hija. Pero lógicamente no iba a dar ese dinero a un partido político que no defiende mis derechos, y con el que no tengo ningún pensamiento en común. Para usar ese dinero para hacer el mal ya estaba yo, que ahora mismo podría estar en Punta Cana con una pila colada en la mano. Creo que escogí­ la mejor decisión, me deshice cuanto antes de eso. No lo hacía mal por quedármelo pero tampoco dándoselo a un partido como VOX. 


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