Blog XVlll

 Hace poco me mudé con mi pareja a un piso nuevo. Era pequeño pero acogedor, perfecto para empezar una nueva etapa juntos. En nuestra planta sólo había otra puerta: la de una señora mayor que vivía sola. Desde el primer momento fue encantadora. Siempre con una sonrisa, siempre amable. Poco a poco, empezamos a hablar más. Nos caíamos muy bien. Era como tener una abuela cerca.


Un día la vi salir de su casa con una bolsa grande, de cuero, que pesaba muchísimo. Le ofrecí ayuda, por supuesto. Mientras subíamos al ascensor, de pronto se llevó la mano al pecho. Le dio un ataque. Intenté ayudarla, llamé al 112, pero no sobrevivió. Murió allí mismo, delante de mí.


Todavía tenía su bolsa en las manos. Al abrirla, descubrí algo que no esperaba,y es que estaba llena de billetes. Había muchísimo dinero,y  dentro también había un sobre, con una nota escrita por ella. Eran sus últimas voluntades. Decía que todo ese dinero quería donarlo al partido político de Vox.


Me quedé en shock. Por un lado, era su decisión. Ella lo dejó claro. Pero por otro lado, yo no comparto en absoluto las ideas de ese partido.Por ello, sentí un conflicto muy fuerte entre lo que ella quería  y lo que yo pensaba que era correcto.Aquí es donde tuve que tomar una decisión.


Desde mi punto de vista, no podía cumplir ese deseo. No porque quisiera quedarme con el dinero por egoísmo, sino porque donar ese dinero a algo que va en contra de mis valores me parecía traicionarme a mí mismo. Sé que ella fue buena conmigo, y le tenía mucho cariño. Pero creo que hay otras formas de honrar a alguien que no implican ir contra lo que uno cree.


Así que decidí usar ese dinero para algo bueno. Algo que sí represente mis ideas,ayudar a otras personas, apoyar causas sociales, y en resumen hacer algo positivo. Para terminar,no sé si fue lo correcto, pero al menos puedo dormir tranquilo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

HOW TO

Blog XVIII (Autoría Hugo Castresana)

Tautograma