Final de la etapa escolar
Apenas queda una semana para que se acabe el curso. Sin embargo, a diferencia de otros años, este no es un curso cualquiera. Finaliza pero no volveré en septiembre, como venía acostumbrándome años atrás. Sinceramente, no me he parado mucho a pensar que es mi último año en el cole. Quizá esto se debe a que ha sido un curso muy rápido en el que no he tenido mucho tiempo.
Echando la vista atrás, me llevo infinidad de recuerdos que espero no olvidar jamás. Muchos muy buenos: tonterias que haciamos en clase, Calasanz, convivencias… Sin embargo, también hay otros menos bonitos, sobre todo este año, que ha sido muy tenso en muchos aspectos.
Por otro lado, estoy agradecida ya que considero que a parte de formarme académicamente, también me he formado como persona. Y seguramente hoy soy así, en cierta parte por los valores que se inculcan aquí. Además de eso, otra de las cosas que me voy a llevar son mis amigos. Y es que al llevar tantos años en el cole, muchas de las amistades que tengo hoy en día son gracias al cole.
Por último, me gustaría hacer una crítica constructiva sobre dos aspectos que espero que con el tiempo cambien. Por un lado, el horario lectivo, que en bachillerato siga habiendo clase a la tarde me parece algo que se podría evitar. No obstante, hablo desde el desconocimiento, ya que si es así será por algo. Asimismo, me gustaría que en un futuro existiera la opción de cursar bachiller en Euskera, ya que considero que a nivel formativo es importante para el alumnado. Además de que creo que es nuestra cultura y la debemos de conservar como algo valioso y para ello es imprescindible su uso.
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