Blog XIX

Parece mentira que estemos a una semana de acabar toda la trayectoria del colegio. Recuerdo que hace años era algo que veía realmente lejano, y sinceramente, impresiona darse cuenta de que ha llegado a su fin. Pero aquí estamos, a punto de terminar los exámenes finales para después disponernos a estudiar para la prueba de selectividad, y más adelante, separarnos para cada uno centrarnos en lo que realmente nos apasiona.

Yo creo que la etapa del colegio es una etapa muy importante de la vida. A pesar de sus pros y sus contras, a pesar de desear que se acabe el curso el primer día de clase después del verano, es innegable que muchos vamos a recordar esta etapa con cariño y nostalgia. Hemos sufrido mucho agobio, estrés y tensión, así como también hemos vivido risas, diversión y motivación (a veces). Considero también que en el colegio he aprendido mucho, y no solo hablo de las materias escolares. He conocido a gente increíble que espero que se quede para siempre a mi lado, y he aprendido a superarme cada día.

Aún así, es cierto que el colegio también ha fallado en muchas ocasiones, lo que nos ha generado cierta desmotivación y desconfianza a muchos de nosotros. Especialmente, hacia la última etapa de nuestra trayectoria, puesto que antes, casi bastaba con asistir a clase y hacer cuatro proyectos. Ya se ha acabado el chollo, está claro.

De todas formas, me quedo con todo: lo bueno y lo malo. Porque si borrara algo de mi experiencia aquí, ¿Qué sentido tendría todo lo que he vivido? Prefiero por eso recordarlo tal y como ha sido, para que cuando en un futuro mis hijos me cuenten experiencias parecidas, yo pueda compartir las mías con ellos también.

Así que como conclusión, esta etapa ha sido muy especial para mí. Por eso ahora asumo que ha llegado a su fin, y me preparo para la siguiente etapa de mi vida en la uni. Al fin y al cabo, la vida se resume en eso, etapas. Y supongo que es eso lo que la hace tan valiosa.

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