Blog XIX

 Se está acabando la etapa más larga de mi vida, el colegio. Llevo en este colegio más de 15 años, por lo que he vivido miles de momentos. Lo puedo llegar a dividir en cuatro etapas: infantil, primaria, ESO y bachiller. En cada una de ellas siempre me he quejado de ir al colegio, que si “que pereza”, “no quiero estudiar”, “ir al cole es una mierda”… . Pero en el fondo me da bastante pena acabarlo.

Nada más salir de aquí, me voy a acordar de todos los recuerdos inolvidables y las amistades tan fuertes que he forjado. Las risas que me he echado son inigualables. Pero lo mejor que me ha brindado este colegio es la cuadrilla de amigos que he hecho y otras amistades tan fuertes que he logrado durante estos años.

Mirando al pasado, si tuviera que acordarme de un momento memorable sería la historia del profesor de educación física y el diente de un amigo. Mi amigo se rompió el diente el día anterior a clase en el entrenamiento de fútbol. Llegó al cole con medio diente y un pedazo de ingeniero conocido como Ibai Zaballa se le ocurrió la idea de hacer como que se rompió el diente en la hora de educación física. Hicimos como que le dimos un pelotazo y que no encontrábamos la otra mitad de la paleta. El profesor se lo creyó y le hizo un informe médico de parte del colegio. Tras esto, la reparación de la paleta le salió gratis.

Siempre he querido acabar el colegio pero ahora cuando llega su final no me apetece. Porque el cachondeo que había a veces en las clases con mis amigos, ya no va a estar en la universidad, donde cada uno va un poco a su bola y las clases son para atender ya que los exámenes pueden llegar a decidir o influir mucho en tu futuro. 


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