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 Estamos a días de que no solo acabe el curso de bachiller, sino también el colegio en general. Dentro de unos pocos días no volveremos a tocar el colegio. En septiembre tampoco nos juntaremos en clase con las mismas personas que lo hacemos todos los días. El año que viene cada persona tendrá su camino y la rutina cambiará. 

En el caso de que pudiera borrar algo no lo haría. Mucha gente borraría recuerdos malos, pero en mi caso yo creo que esos recuerdos por malos que sean te han dado una experiencia útil o un aprendizaje. Cualquier suspenso, enfado o aburrimiento en clase te enseña algo que no se puede aprender de otra manera que viéndolos y sufriéndolos.

Creo que el colegio, como cualquier institución, debe evolucionar. Hay aspectos que podrían mejorar, como la calidad de la enseñanza. Por ejemplo, si un profesor no está logrando ayudar a los alumnos o no está cumpliendo con los objetivos de enseñanza, habría que buscar una solución cuanto antes, ya sea a través de su formación o incluso su reemplazo si hiciese falta. Al final, el objetivo de Eskolapios o de cualquier colegio es darnos a los estudiantes la mejor educación posible y que salgamos lo mejor preparados posibles. Quitando estos problemas de los últimos años la experiencia es sin duda para recordar.

Mis padres dicen que la etapa de bachiller es de las más divertidas y yo me llevo un gran recuerdo de estos años. Con mejores y peores momentos (como todo en la vida) pero un recuerdo único y especial.

La conclusión es que este año marca el fin de una etapa, y aunque a muchos les asuste lo que viene, hay que verlo como el inicio de otra nueva etapa, llena de decisiones que, al final, siempre nos hacen avanzar como persona.