Carta de despedida
Querida madre,
Te escribe tu hijo desde una oscura celda. He sido capturado por el bando enemigo y sentenciado a la muerte, no por mis acciones, sino por pertenecer al bando contrario. Jamás pensé que mi vida acabaría de esta manera, a tan corta edad. No puedo estar seguro de que todo lo que he hecho haya valido la pena, pero no me arrepiento tampoco de ello. Desafortunadamente, mamá, todo en la vida tiene su fin. Es una desgracia lo que nos ha traído esta guerra fratricida entre hermanos.
En tiempos de paz, somos los hijos quienes enterramos a nuestros padres, pero en tiempos de guerra, es una madre la que tiene que ver como su hijo muere. De verdad, madre, me parte el alma y mi corazón el escribirte esta carta. Recuerdo cuando yo era aún pequeño, paseábamos siempre, tú tomándome de la mano para que no me escapase. Buenos recuerdos la verdad. Yo tenía muchas esperanzas, sinceramente, y también muchos secretos que nunca quise contarte. Pero creo que es tarde para ello. No hay forma de librarme de esta pena. Desgraciadamente, no volveré a verte ni podré cumplir tantas metas que mi yo de joven se había puesto con grandes ilusiones.
Quiero que sepas que lo siento mucho por todo lo que te haya dicho o hecho en algún momento y que t e haya partido el corazón, al igual que yo entiendo todo lo que tú has hecho por mí y yo no lo haya tomado como debería hacer un buen hijo. Mamá, que te quede siempre mi memoria en tu recuerdo. No culpes a mis ejecutores, ni culpes a los que me han reclutado. Nadie tiene la culpa de esto. Solo ha sido el destino quien nos ha llevado a esto. Te pido por favor, no tengas rencor sobre ellos, suficiente daño ha causado esta guerra. No quiero ver más dolor ni sufrimiento. Quiero armonía, paz, unidad de vuelta. Algún día eso habrá, pero no mientras dure la división y la guerra.
Madre, creo que para cuando llegues a esta parte estarás llorando, como lo hago yo ahora mismo mientras te escribo esta pequeña carta con mi corta habilidad. Solo te pido una cosa más, que mi legado no se pierda tras mi muerte, ni tu muerte. No quiero ser olvidado, ni quiero que el sacrificio se olvide. Pero tampoco quiero que se te parta el corazón, por más difícil que se oiga. Espero volvernos a reencontrar en algún futuro, ya sea en el cielo o lo que el destino nos depare. Yo desde arriba, te estaré viendo e intentare cuidar de ti. Ame con todo mi ser a papá, a hermana, a tía, a las primas, a los primos, a las amistades, a los maestros y sobre todo a ti, madre, que fuiste quien me trajo a este mundo y formó mi carácter.
Mamá, te quiero. Tengo miedo, miedo de morir, pero no hay escapatoria. Es mi final y el de muchos en esta trágica guerra. Espero te puedas recuperar de esta perdida, eso es lo último que quiero decir. No quiero que mi perdida suponga tu perdida. Yo te amo mama, te quiero, te quiero con todo mi corazón al igual que tu de mí. Por eso mamá, se fuerte, se fuerte por mí.
Adiós, mamá.
Comentarios
Publicar un comentario