Carta de despedida
Mamá, siento decirte esto, pero esta carta va a ser la última que podré mandarte. Debido a mi apoyo a la República, el régimen ha dictaminado que debo ser ejecutado.
Por favor, pase lo que pase, quiero que sigas adelante, sé que nadie es capaz de no derrumbarse en esta situación, pero lo único que quiero ahora es tener la certeza de que tendrás una buena vida y seguirás sonriendo. Siempre que he tenido algún problema o mis emociones no me dejaban avanzar, tú has estado ahí para consolarme, como un faro en medio de la niebla. Ahora me toca a mí ser ese faro, así que te pido con todo mi corazón que, siempre que te acuerdes de mí, acuérdate de esta carta.
He tenido una buena vida, con sus mejores y sus peores momentos, pero no me arrepiento de ninguna decisión. He vivido siendo fiel a mí mismo, defendiendo mis valores y luchando por hacer de este mundo un lugar mejor. Para mí, esa es la mejor forma de vivir que existe. Ser ejecutado por este asqueroso régimen solo confirma todo esto.
He sido un chico con suerte, me ha tocado tener una madre que se ha esforzado en enseñarme a hacer lo correcto y a apreciar la belleza de este mundo. Es todo lo que podría pedir. Estoy orgulloso de ti, mamá, así que toma este orgullo y llévalo en tu corazón.
Mirando hacia el futuro, no tengo ninguna duda de que el régimen está destinado a derrumbarse. Por muy interminable que esta situación parezca, estamos viviendo algo que está completamente en contra de la justicia, y Franco lo sabe. Por eso mismo está intentando acabar con todo enemigo suyo lo antes posible, pero en algún momento se quedará sin dedos para tapar las fugas de su régimen, y cuando eso pase, él y todos los que han permitido esto se hundirán en lo más profundo del océano.
Que encuentres paz en mi recuerdo y no dolor en mi ausencia. Te quiero, mamá. Gracias por haber hecho lo mismo.
Comentarios
Publicar un comentario