Blog XVII

Querida madre, para cuando te llegue esta carta ya estaré muerto.

Mientras escribo esta carta me acuerdo de todos esos momentos en los que estábamos juntos, cuando íbamos a comer con la familia, los más pequeños jugando en los patios, etc. Añoro esas tardes donde estábamos los cuatro en casa sin mover ni un dedo. Aún así, yo no me quedaba quieto y seguía maquinando formas de sacar a la dictadura del país.

Como podrás recordar, a pesar de que nuestra familia ha sido del bando republicano y han vivido bajo una  fachada franquista, mis ideales me prohíben esconderme de esa forma. No podía vivir con el rabo entre las patas mientras veía a mis amigos siendo fusilados. Lamentablemente, hoy me ha tocado a mí.

No escribo esto como una forma de arrepentimiento ni una forma de echaros la culpa de nada, en lo absoluto. Escribo esta carta para hacer conciencia de lo que estamos pasando las personas con un mínimo de sentido común, las personas que queremos una España de libertad y derechos para todos. Este infierno en el que vivimos algún día acabará, y espero que sea pronto para que ni tú ni padre ni mi hermano tengan que seguir sufriendo.

No lloren por mi muerte, lloren para cuando se acabe esta tortura.

Te quiere,

Tu hijo.