Blog XVI
El trabajar de cara al público, concretamente en el servicio de atención al cliente, supone el tomar una carga, la cual puede parecer inofensiva o fácil para el interesado en el trabajo. Se trata de una serie de reglas y habilidades necesarias para poder atender a un cliente, las cuales se resumen en unas pocas palabras: amabilidad, empatía y respeto.
La gente que trabaja en puestos de atención al cliente, al igual que todos, tiene una vida aparte del trabajo con sus buenos y malos momentos, y en cierto momento pueden llegar a mezclarse ambos y el saber separar estas malas experiencias que pasan en el día a día, del trabajo, y el saber controlar las emociones son esa parte fundamental que se requiere en el servicio de atención al cliente.
Si en algún momento recibiese una mala atención al cliente, dependiendo primeramente de la gravedad de la mala atención, sí pondría una mala valoración.
Como ya mencioné, depende de qué tan mal haya sido la experiencia. Si simplemente me trataron de una manera cortante o menos empática, me daría totalmente igual con tal de que cumplieran con su trabajo; todo el mundo puede tener un mal día y, aunque no cumpla con esa misma atención a la de otros días, sigue cumpliendo con su trabajo. Sin embargo, si el trato recibido cambia drásticamente, siendo más una molestia que una ayuda, y que esa persona haya pasado totalmente de esas competencias necesarias que se piden cuando aplicas a un trabajo de ese sector, es ahí cuando sí pondría una mala valoración.
Puede que esa persona haya tenido un mal día, como con el ejemplo que puse donde no pondría la queja, pero, a diferencia del otro ejemplo, si este no cumple con su objetivo de atención, la excusa del mal día no tiene soporte. Es él mismo el responsable de conservar su trabajo y si sabe perfectamente que a causa de una mala valoración puede perderlo, es también responsabilidad suya el controlarse y saber cómo actuar en esas circunstancias. No es nada nuevo para él, se le tuvo que haber mencionado antes de entrar en el trabajo, sin mencionar que lo aceptaron porque ya sea en su currículum o en su entrevista se mencionó que tiene esas cualidades para poder atender en servicio al cliente.
En resumen, si el trato que das no es el adecuado, debes de atenerte a las consecuencias si pierdes tu empleo a causa de una mala valoración, replantearte si el sector en el que trabajas es el adecuado, porque una mala atención no solo afecta negativamente al cliente, sino también a la empresa o encargado que confió en ti al darte el empleo.
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