Tentación
La tentación es una cosa rara. A veces llega cuando menos lo esperas , cuando estás tranquilo, sin buscar nada. Y de pronto aparece, como si te pusiera a prueba. No siempre es algo grande o peligroso. A veces es una cosa mínima, pero que sabes que no deberías hacer. Y sin embargo, ahí estás, dudando, pensando en cómo justificarlo después.
A mí me ha ganado más de una vez y muchas veces se repite, y soy consciente que estoy perdiendo el tiempo y lo hago. Algunas veces es muy difícil, por ejemplo, ponerte a estudiar o quedarte estudiando un rato mínimo. Prefieres hacer cualquier otra cosa y te dices a ti mismo "5 minutos y vuelvo" "10 minutos y me pongo a estudiar" y chorradas así. Luego no las cumples y ya ha pasado una, dos o más horas y no has estudiado nada y el examen es mañana. Al final, alguna que otra vez he tenido que terminar estudiando hasta altas horas de la noche para poder hacer mínimamente algo en el examen y no estar en blanco, claro, a costa no dormir nada.
Algunas veces puede salir mejor, otras veces peor, pero no es sano hacer eso. Un poco de placer, de tentación que algunas veces te puede costar una nota importante.
¿Me arrepiento? Por supuesto que si. No tanto por el examen en sí, eso normalmente lo puedo llevar sin problema, aunque no siempre. Pero más que nada es por la sensación que te da luego. Ese arrepentimiento que no se esfuma, de haber perdido tiempo, de haber tenido que sacrificar horas de sueño y despertar demacrado.
La tentación no siempre es algo malo. A veces te muestra lo que realmente quieres, lo que te falta, o lo que estás evitando. El problema es cuando te domina, cuando la dejas decidir por ti. Aprender a resistirla es difícil, pero no imposible. Y si caes, bueno… lo importante es lo que haces después. Si aprendes, si cambias algo, si vuelves a intentarlo con más fuerza.
Porque todos, en algún momento, somos débiles ante la tentación. Lo que nos define no es caer, sino levantarnos con más ganas de hacerlo bien.
Comentarios
Publicar un comentario