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Durante la EURO 2024, uno de los eventos más importantes del fútbol a nivel mundial sucedieron diversos hechos que dieron pie a grande polémicas, que dejaron el fútbol en un segundo plano. Un claro ejemplo de ello pueden ser las declaraciones que hizo la estrella de la selección francesa, Kylian Mbappé acerca de su preocupación por el hecho de que la ultraderecha de su país estaba ganando popularidad. Con la intención de acabar con ello, el jugador del Real Madrid invitó a los jóvenes a votar en las elecciones anticipadas, de modo que el destino de Francia se acerque más a lo que Mbappé desea.

Una persona del calibre del jugador francés, con 123 millones de seguidores en Instagram, es un gran foco mediático y, cualquier cosa que diga, puede incitar a muchos de sus fans a ser como su ídolo y no desarrollar una visión crítica y propia sobre cualquier tema. Personas con ese nivel de fama tan elevado, deberían tener cuidado con aquello que dicen, ya que puede afectar a las vidas de muchísimas personas. Pueden servir de ejemplo Donald Trump Trump, que recomendó beber lejía para frenar el Covid, o Cristiano Ronaldo, que dijo que beber Coca-Cola era malo para la salud.

Unai Simón, portero de la selección española y parte del Athletic Club, afirmó que este tipo de gente, que no está especializada en política puede dar una visión errónea de las cosas, que un fanático no puede identificar. Al igual que Unai, creo que un futbolista se tiene que limitar a hablar sobre aquello que le rodea en su vida como deportista profesional.

Bajo mi punto de vista, pienso que hablar de política al tener tanta repercusión es inadecuado, y mucho menos animar a alguien a votar a algún partido político. Con esto no quiero decir que uno no pueda expresarse pero, a la hora de decir ciertas cosas o al hablar de determinados temas, las personas de tanta fama tienen que andar con pies de plomo, teniendo en cuenta que tienen millones de fans repartidos por el mundo entero.

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