BLOG XIV
La tentación es una parte natural de la vida. Está en todas partes: en una comida que no deberíamos comer, en una mentira que parece inofensiva, en aplazar las cosas importantes o en decir algo que no sentimos solo para agradar. Todos, en algún momento, hemos sentido esa lucha interna entre lo que debemos hacer y lo que realmente queremos hacer.
Yo no me considero una persona débil, pero debo admitir que la tentación me ha vencido más de una vez. Por ejemplo, me ha pasado muchas veces que digo: "Solo voy a ver un capítulo", y termino viendo toda una serie en una noche. Al día siguiente, estoy cansado, con sueño, y arrepentido de no haberme controlado.
También he caído en la tentación de dejar tareas o responsabilidades para el último momento. Me digo a mí mismo que todavía tengo tiempo, pero luego llega la fecha límite y me siento estresado, agobiado y hasta enojado conmigo mismo. Esa es una de las tentaciones que más me ha podido.
Otra tentación, más personal, es la de decir lo que otros quieren oír, aunque no sea lo que realmente pienso. A veces por evitar problemas, uno miente o guarda silencio. Después me doy cuenta de que no fui honesto ni con los demás ni conmigo.
¿Me arrepiento? Sí, en parte. Pero también entiendo que equivocarse es parte del proceso de crecer. La clave está en reconocerlo, aprender y tratar de hacerlo mejor la próxima vez. Cada tentación vencida es una victoria personal, y cada caída es una oportunidad para levantarse con más fuerza.
Comentarios
Publicar un comentario