Blog XIV

 Todos hemos sentido la tentación de hacer algo que deseamos, aunque sepamos que no es lo más adecuado.Un ejemplo de esto es cuando nos debatimos entre si estudiar o hacer algo que nos guste más. Si elegimos la opción que más nos gusta, la cual sería la de hacer lo que nos apetece, luego nos arrepentimos, ya que no hemos elegido lo que debemos de hacer.

Para evitar encontrarnos en esta situación es importante aprender a gestionar nuestras prioridades y encontrar un equilibrio entre el deber y el placer.Aunque esto es muy difícil de llevar a cabo, por ello casi siempre terminamos en estas situaciones.

 

En mi caso personal, puedo decir que ha habido muchas veces en las que he hecho lo que me apetecía en vez de hacer lo que debía, un ejemplo de esto es que cuando elijo ver un capítulo más de una serie en vez de estudiar o hacer los deberes.Aunque luego hago lo que debo, pero me siento mal por no haberlo hecho desde un principio, esto hace que tenga que hacer las cosas que debo más rápido, y  por tanto, peor de lo que las habría hecho si no hubiese”malgastado” el tiempo.

Una forma en la que evitó esta situación es poniéndome tiempos, es decir una hora para hacer lo que debo y otra para lo que me apetece.  Esta forma me sirve mucho y me ayuda a afrontar con más energía la siguiente tarea que debo de hacer.Otra cosa que suelo hacer es escuchar música mientras hago los deberes, esto me ayuda a tener un equilibrio entre lo que debo hacer y lo que me apetece.Además, esto me hace más amenas las actividades que debo de hacer.

Por otra parte, algo que siempre hago es escuchar mi energía, es decir si tengo la suficiente energía para hacer lo que debo, que suele ser estudiar. Si veo que no tengo la suficiente energía prefiero no hacerlo, ya que lo haría de una mala manera y no entendería lo que estoy estudiando. Por ello, creo que es muy importante encontrar un equilibrio entre el descanso y el deber.




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