¿Te tomas la pastilla?
Siempre he sido una persona con problemas para adelgazar. Sinceramente, no ha sido algo que me haya preocupado demasiado hasta ahora, cuando mi médico me ha advertido que sí debería preocuparme. Pero como iba diciendo, mi aspecto nunca ha sido mi mayor inquietud. Sí es cierto que me mantengo constante en algunas redes sociales, y soy muy consciente del tipo de cuerpo que más tiende a aplaudirse en este tipo de plataformas. Por eso soy también soy muy consciente de que en el caso de que se me ocurriese publicar contenido en el que mostrara mi físico, mucha gente se me echaría encima. Pero como tengo la cuenta privada y no pienso en convertirme en ninguna creadora de contenido de ningún tipo, una vez más, no me he llegado a preocupar demasiado por el tema.
Hace un par de días, sin embargo, atendí a una sesión con mi médico y me advirtió que no podía seguir así. Me explicó que mi sobrepeso podría, a partir de ahora, acarrear varios problemas relacionados con mi salud. Entonces, en aquel momento mi perspectiva en cuanto a mi físico cambió por completo: no por mi aspecto ni por el qué dirán, sino porque definitivamente no quería vivir una vida insana, ya que aprecio bastante mis días.
Al ver mi cara de preocupación, rápidamente mi médico me propuso dos opciones: La primera consistía en una dieta recomendada por un nutricionista y una constante rutina de ejercicio diario; la segunda, por otra parte, se trataba de una solución que no había escuchado en mi vida. Esta se trataba de una pastilla que debía tomar 1 vez al día durante un mes entero. Sin ningún tipo de dieta, cambio en mi rutina, o ejercicio, la píldora me haría bajar considerablemente de peso, hasta el punto en el que no podría reconocer a quien me mira en el espejo. El único inconveniente, como si de un juego se tratase, era que debía admitir que la estaba consumiendo a todo aquel que me preguntase cómo había logrado bajar de peso tan rápidamente.
Aquel "inconveniente" no me importó en absoluto. Es más, decidí escoger la segunda opción rápidamente, ya que así, mi estado de salud mejoraría velozmente y podría seguir con mi rutina diaria sin preocupaciones. Hace 10 minutos que me he tomado la primera pastilla y ya he percibido notorios cambios. Todo eso mientras me como una hamburguesa. Parece un chiste...
Comentarios
Publicar un comentario