¿Se lo cuentas a tu amiga?
Hace un mes estuve con Nerea, una amiga que acababa de perder a su padre. Al principio, charlamos sobre nuestras cosas con normalidad. Sin embargo, al cabo de un rato, noté que algo no iba bien, por lo que le pregunté qué le sucedía. Ella me contó que estaba pasando por un momento muy duro, y de repente, empezó a contarme una historia terrorífica: hace unos años en nuestra ciudad, su padre iba en coche conduciendo con normalidad, pero de repente en un semáforo que estaba en rojo cruzó y atropelló a un niño, lo mató. Lo peor de todo es que escapó como si nada, sin dar la cara.
Al día siguiente, salí con unos amigos a tomar unas copas. Tras estar un rato bailando y charlando, me quedé solo y me crucé con una chica muy guapa. Estuvimos hablando, nos intercambiamos los números de teléfono, todo iba a la perfección. Sin embargo, no paraba de darle vueltas a lo sucedido el día anterior, por lo que me salió contarle a la chica la historia que ayer me contó Nerea.
Al cabo de dos años, esa chica se puso en contacto conmigo. Me dijo que la historia que le conté le impactó muchísimo y que la había utilizado para sacarla a la luz, para que todo el mundo tuviera noticia de lo sucedido. Según me lo contó, me quedé de piedra ya que no me acordaba de esta chica. Además, olvidé aquella historia por completo, ya que no es algo bonito de recordar. Sorprendentemente, ella me quiso ofrecer medio millón de euros por la información transferida.
Aquel día, sin pensarlo dos veces acepté el dinero, ya que ya no tenía ninguna relación con Nerea. Sin embargo, ahora me siento culpable, puesto que ella tan solo quería contarme esa historia para desahogarse. Actualmente, creo que no me tendría que haber tomado tanto a la ligera esta decisión. Por lo tanto, ahora mismo no se si contarle a Nerea lo que hice.
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