Aceptas el dinero?
Hace un año, mi amiga me contó una historia desgarradora. Su padre había sido el autor de un atropello mortal de un niño en la ciudad, un hecho que conmocionó a la comunidad. Además, él se dio a la fuga, lo que deterioró por completo las relaciones familiares y terminó corroyendo su vida hasta su trágico final. Me quedó tan impactado que, en una noche posterior, con un chico que me gustaba y unas cervezas de más, le conté la historia sin mencionar su nombre, pero sí los detalles suficientes para que el relato fuera claro. No pensé en las consecuencias, solo en lo que me había contado, y cómo eso me había afectado.
Un año después, ese chico me llama. Me recuerda la historia que le conté y me dice que la ha convertido en un guion que está a punto de vender a una plataforma por un millón de euros. Me ofrece darme parte del dinero. Después de reflexionarlo, he decidido que lo correcto sería aceptar el dinero, pero no sin antes hablar con mi amiga.
Aunque la historia no tiene su nombre ni detalles que la delaten, siento que debo ser completamente transparente con ella. La llamaría para contarle lo sucedido, explicándole que, aunque no tenía malas intenciones, compartí lo que me confió esa noche. Le diría que el chico ha convertido esa historia en un guion y que me han ofrecido parte de los beneficios. Le dejaría claro que ni ella ni su familia están identificadas, pero que, entiendo, esta es su vivencia, y tiene derecho a saberlo.
También le ofrecería compartir parte de ese dinero si ella lo desea, como una manera de compensar cualquier malestar que esto pudiera causarle. No quiero que lo sienta como una traición, sino como una circunstancia inesperada que estoy tratando de manejar de la forma más ética posible. Prefiero ser honesto y darle la oportunidad de expresar lo que siente. La confianza y la amistad son demasiado valiosas como para ser sacrificadas por el silencio.
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