Grafitis
Desde que soy pequeño he visto grafitis en todos lados. De diferente color, tamaño y estilo. Y tras haberme hecho tan familiar con ellos, he llegado a la conclusión de que no encajan en la sociedad, pero es eso precisamente lo que los diferencia.
Los grafitis son una forma de arte como cualquier otra. Es lo mismo pintar algo en una pared que hacerlo en un lienzo o en tu cuerpo. Sin embargo, el grafiti es la forma de arte más intrusiva que hay, ya que se suele llevar a cabo en lugares en los que nadie pidió que se hiciese, pero donde todos lo ven.
Los grafitis no encajan en el modelo de ciudad limpia y uniforme al que estamos acostumbrados, pero ese es el punto. Los grafitis representan el deseo innato de la gente de querer expresarse, de hacer una huella con lo que los distingue de los demás, de acabar tu mismo con la monotonía que a todos nos rodea cada día. Sabiendo esto, pienso que hacer grafitis es tan natural como decir palabrotas cuando no puedes más.
¿Cuentan como vandalismo? Sí. Si mañana, al salir de mi casa para ir a la escuela, me encontrara delante de la puerta del portal una réplica exacta de la Venus de Milo, me molestaría. La estatua es hermosa, realmente sorprendente y una prueba de lo que las manos del humano son capaces de hacer, pero molesta. Molesta porque no pinta nada ahí. Molesta porque está en medio del camino. Molesta porque yo no he pedido que esté ahí y aun así está.
Si uno quiere que su municipio siga tal y como está, ajo y agua. Tendremos que seguir haciendo lo mismo que hemos hecho hasta el día de hoy, castigar a los que los hagan sin permiso y borrarlos de las paredes como se pueda. Si yo viviera en la comunidad, me pararía un minuto a ver el grafiti, para ver si al menos puedo aprender algo del mensaje que el autor quería transmitir.
Donde haya paredes y personas, habrá grafitis. Así ha sido desde que vivíamos en cuevas y así será hasta el fin de la historia. Te puede gustar el silencio, el orden y pedir permiso antes de hacer algo, pero siempre va a ver alguien que piense lo contrario a ti. Por lo tanto, pienso que lo que mejor que uno puede hacer es intentar descubrir porqué a la gente le gusta lo contrario que a ti. Si haces esto, al menos conseguirás que no te choque tanto el destino inevitable de tener que convivir con gente diferente a ti. Quien sabe, quizá en mil años pintar de un solo color casas decoradas con varios dibujos sea el estándar del vandalismo.
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