BLOG XI

Aitor está viviendo una situación difícil, pero es importante que no se sienta solo ni culpable por lo que le está pasando. Lo primero que podemos aconsejarle es que no se calle lo que ha sucedido. Contarle a un adulto de confianza, como su tutor, un profesor o incluso su familia, puede ser el primer paso para resolver el problema. Muchas veces, los chavales piensan que denunciar estas situaciones les hará parecer débiles, pero es todo lo contrario: hablar demuestra valentía y ayuda a parar este tipo de comportamientos.

También es importante que Aitor entienda que el problema no es él, sino quienes lo acosan. Las personas que se burlan de los demás suelen hacerlo para sentirse superiores o encajar a costa de otros, pero eso no hace sus acciones justificables. Aitor debe recordar que su valor no depende de lo que los demás digan o piensen. Si hay actividades en las que pueda destacar o grupos de amigos donde se sienta aceptado, sería bueno que se acercara a ellos para reforzar su autoestima.

Con respecto a los chavales que se meten con los demás, es fundamental que el centro educativo tome medidas. Las burlas no son simples bromas, son agresiones que pueden tener un impacto serio en quienes las sufren. Los profesores y el equipo directivo deben intervenir, hablar con los acosadores, sus familias y aplicar sanciones si es necesario. También deben trabajar en actividades de concienciación para el resto de la clase sobre el respeto y el valor de la diversidad.

Por último, sería ideal que tanto Aitor como cualquier otro alumno en una situación similar pudiera acceder a un servicio de orientación o apoyo psicológico si lo necesita. Poder hablar y procesar lo que siente ayudará a que no pierda la confianza en sí mismo y a que sepa cómo afrontar futuras situaciones de forma segura y firme.