Aitor (Autoría: Hugo Castresana)

 Aitor está viviendo una situación realmente dolorosa, y entiendo perfectamente por qué se siente tan perdido y herido. Imagina estar tan ilusionado con la idea de que alguien que te gusta te ha dejado una carta, y con todo el valor del mundo decides acercarte a esa persona para compartir lo que sientes, solo para descubrir que, en realidad, nada de eso era real. Y encima, en lugar de encontrar apoyo, los chicos de la clase se burlan de él, lo llaman “gordito relleno” y le hacen sentir que no vale nada. Es un golpe muy duro para su autoestima, pero lo primero que debe saber Aitor es que esas burlas no tienen nada que ver con lo que él realmente es. La gente que se burla de otros suele hacerlo porque, de alguna manera, se sienten inseguros o tienen miedo de ser ellos mismos. Y eso no refleja nada sobre Aitor. Lo que los demás digan no cambia lo que él es ni su valor como persona.


Es fundamental que Aitor busque apoyo. No tiene que cargar con todo esto solo. Puede hablar con alguien de confianza, ya sea un amigo cercano, un profesor o incluso sus padres. A veces, solo el hecho de hablar con alguien sobre lo que está pasando puede hacer que te sientas un poco más aliviado. La situación no va a mejorar por arte de magia, pero tener apoyo hace que el camino sea menos pesado. Además, la escuela debería intervenir. El acoso nunca debe ser aceptado, y quienes lo practican deben ser confrontados con las consecuencias de sus acciones. Nadie debería sentirse inseguro o mal por ser quien es.


En cuanto a Marta, entiendo que Aitor se haya quedado totalmente descolocado. Cuando te atreves a dar un paso y todo sale mal, es normal sentirse devastado. Pero es importante que Aitor no tome ese malentendido como algo personal. Las cosas a veces no salen como las planeamos, y eso no significa que no merezca ser querido o respetado. La vida está llena de oportunidades, y Aitor debe recordar que no depende de una sola persona o de una carta para sentirse bien consigo mismo.


Por encima de todo, lo que Aitor tiene que entender es que ser diferente no es un defecto. No importa lo que otros digan o lo que ellos piensen. Lo que realmente importa es cómo él se ve a sí mismo. Él tiene mucho que ofrecer, y las personas que realmente valen la pena lo van a ver. A veces, el proceso de encontrar quién te valora puede ser largo, pero al final, la gente que te aprecia por lo que eres es la que realmente importa.

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