Discomanía

 Recuerdo perfectamente la primera vez que escuché “El secreto de las tortugas” de Maldita Nerea. Fue durante un viaje en coche con mi familia, que íbamos de vacaciones al pueblo donde solemos pasar los veranos. No sabíamos la letra, pero el ritmo y el ambiente hizo que nos gustara al instante. La melodía era alegre, pero también tenía un toque nostálgico.


Cada vez que volvíamos al pueblo, la canción se convertía en el himno del trayecto. En la canción, se habla de no perder la esperanza, de que todo tiene su tiempo, como el lento andar de las tortugas. De alguna manera, ese mensaje resonaba con nosotros, especialmente en momentos en los que las cosas parecían avanzar más despacio de lo que queríamos.


Hoy, cada vez que la escucho, me transporta directamente a esos días. 


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