Lipograma i.
Estaba yo sentado en la terraza de la casa de un suegro que tuve, cuando me percaté de que un pobre perro estaba tratando de cruzar la carretera que se encontraba en frente de la casa. El pobre perro estaba apaleado y aparentemente no estaba preparado para poder cruzar y llegar sano y salvo al otro lado.
Por lo que no dudé en saltar de la terraza y correr para ayudarlo en su ardua tarea. Cuando llegué a su vera, me percaté de que era una perra y estaba embarazada. Por lo que extremé a más no poder la cautela.
Cuando me aseguré de que la perra estaba correctamente sujeta a los brazos, eché a correr al otro lado de la carretera para que llegara cuanto antes. Una vez al otro lado, pensé que no estaba de más dejar que ella (a su compás) comenzara su nueva senda.
Ahora solo espero que se encuentre en buen estado y haya descansado.
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