Blog 3 Luna
La polémica desatada por el exministro Jaime Mayor Oreja, quien sugirió el avance del creacionismo frente a la Evolución de Darwin, nos obliga a pensar en la escuela publica. Ese pensamiento, que recuerda discusiones parecidas en Kansas, USA, suscita una interrogante fundamental sobre la fé y su efecto en la enseñanza científica.
La ciencia, siendo realista, demuestra la solidez de la teoría evolutiva, la base de la Biología actual, respaldada por evidencia abundante, como fosiles y genética. Las palabras del exministro tuercen el acuerdo científico y une, a proposito, ciencia con religion. Es imperativo saber que la ciencia se apoya en prueba empirica y la posibilidad de ser negada, pero la fe se sustenta en creencias.
La escuela publica, un sitio laico y de gran disciplina. A pesar de que los padres tienen la libertad de enseñar sus creencias a sus hijos en el hogar, los contenidos de ciencia deben basarse en lo que la actualidad tiene probado.
Incorporar el creacionismo o el Diseño Inteligente, ¡eso! en las clases de biología, como alternativas a la evolución, no es presentar una elección… más bien, es minar la educación científica y el pensamiento crítico, que la ciencia se supone promueve.
Para aquellos que creen en el creacionismo como la explicación del origen del hombre, es totalmente válido vivir su fe. Pero, en el aula de ciencias, esa perspectiva, debe ser reconocida como una creencia religiosa, porque está fuera del método científico, pues no puede ser probada ni refutada experimentalmente. El propósito de la escuela, es equipar a los jóvenes con las herramientas del conocimiento científico, permitiéndoles comprender el mundo natural; eso implica, enseñar ciencia, no dogmas.
Comentarios
Publicar un comentario