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En mi opinión, cuando un niño o un joven piensa que la violencia es una buena forma de resolver un problema, es que algo no va bien. Nadie deberí­a creer que hacer dañoo es una respuesta normal. Si un chico dice algo muy fuerte delante de otros, esas palabras se pueden entender como una amenaza, aunque él no lo quiera. Y si es menor, todavía es más serio, porque a esa edad todo se aprende rápido, incluso el odio. En la vida siempre encontraremos personas que no piensan como nosotros, en los que puede ser un amigo, un familiar o alguien del trabajo, pero pensar diferente no es malo. Solo significa que ven el mundo de una manera diferente y eso no los hace enemigos.

Yo terminaría la historia con el padre hablando muy serio con su hijo. Le echaría la bronca por decir cosas tan graves y pediría perdón a los demás por lo que ha dicho el chico. Explicaría que su hijo pasa demasiadas horas en redes sociales y que eso le está afectando mucho y contaría que no es la primera vez que se comporta mal o que habla sin pensar cuando se toca el tema de política. El padre diría que ya le ha avisado otras veces, pero que el chico sigue igual, sin hacerle caso. 

Creo que hoy en día, por culpa de las redes, recibimos miles de mensajes, videos y noticias. Muchos jóvenes y también adultos que no entienden bien Internet creen cosas que no son verdad. Algunas webs o paginas usan esto para manipular a la gente y aunque ellos mientan, nosotros también tenemos parte de culpa si no comprobamos lo que leemos. Es fácil tragarse un bulo si no se busca información real.

Si yo fuera el adulto que escucha a ese adolescente decir que “le pegaría dos tiros” a un político, yo me quedaría muy sorprendido y muy preocupado. Además de pedirle que me explique por qué ha dicho eso, luego hablaría con su padre. Le comentaría con calma que su hijo está aprendiendo ideas peligrosas y comentarios violentos. Le diría que quizá no es culpa suya directamente, pero que debería vigilar lo que ve el chico en Internet.

También le aconsejaría que trate de enseñarle a pensar por sí mismo, a informarse bien y a no repetir frases duras que escucha en vídeos o de personas que solo quieren crear odio. Educar no es fácil, pero es muy importante para que los jóvenes aprendan a respetar y a hablar sin violencia.