Blog 2 Eneko
El otro día estuve en una comida con unos amigos y sus hijos. Somos amigos desde que tengo conciencia de ello y llevamos manteniendo esa amistad durante toda nuestra vida. Habitualmente quedamos para ir comer, él con sus hijos y su mujer y yo con los míos. Durante esas comidas suelen salir diversos temas de conversación como anécdotas de cuando eramos jovenes, fútbol o series y películas. Pero entre todos los temas de conversación que hablamos durante la comida hay uno en el que solemos estar más en desacuerdo, la política. Mi amigo es de un carácter conservador, mientras que yo soy de carácter progresista. Siempre que hay alguna novedad política hablamos sobre ella, pero siempre desde el respeto de la opinión del otro. Lo que pasa es que últimamente, debido al contexto político,es cada vez más complicado, por lo que durante estos últimos años hemos hecho como hacen algunas familias en la cena de nochebuena, prohibir hablar de política.
Pero, en un momento dado, no sé cómo, llegamos a hablar del presidente del gobierno. No estábamos comentando nada político, es más, estábamos hablando sobre los videos que sube a tik tok. Pero mientras estábamos hablando nos interrumpió el hijo de 17 años de mi amigo diciendo "al hijo de puta del presidente del gobierno hay que pegarle dos tiros, así se acabarían todos los problemas que tiene el país". En ese momento me quedé helado por la barbaridad que acababa de soltar por la boca. Además el joven no paró, siguió criticando al gobierno y diciendo que el país con tal persona y tal partido político estaría mucho mejor. Para añadir más leña al fuego, su padre no es que le parase sino que le incitará a seguir. En ese momento me dio el impulso de rebatir con mis argumentos, pero respire hondo y les dije que una cosa era criticar a una ideología y otra era desear que se mueran un líder de un partido político y que le pase todo lo malo que les pueda pasar a sus votantes. Al momento de soltar todo aquel discurso lo primero que hicieron fue disculparse e irse avergonzados por lo que habían dicho. A día de hoy ese episodio solo ha quedado en un malentendido y seguimos quedando habitualmente para comer, pero ahora sin hablar de política.
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