Blog 1 Jon

 En la última junta de vecinos decidimos gastar 2.500 euros para volver a pintar la puerta del garaje, ya que nos la habían grafiteado. Por si fuera poco, hacía solo un mes que la habíamos arreglado y ya habían aparecido nuevos grafitis. Lo mismo pasó el año pasado, así que muchos vecinos estamos cansados de invertir dinero una y otra vez por culpa de estas pintadas.

Aunque los graffitis pueden ser arte y mucha gente los aprecia, cuando se hacen sobre propiedad privada sin que nadie los autorice, son vandalismo. La diferencia es simple: si alguien pinta en un sitio permitido, es arte. Mientras que si se pinta en una propiedad privada sin permiso, está rompiendo las reglas y causando problemas. Además, pintar sin permiso puede afectar a todos, porque la comunidad tiene que gastar dinero y preocuparse por mantener el lugar en buen estado.

Para evitar estos problemas, lo mejor es documentar los grafitis con fotos, avisar a la policía. Además, puede ser buena idea poner medidas para proteger la propiedad, como luces o cámaras. Otra opción es que el gobierno habilite lugares donde se pueda pintar legalmente, así la gente puede pintar sin hacer daño.

En resumen, los graffitis pueden ser arte, pero cuando se hacen sin permiso son vandalismo. Nuestra comunidad debe cuidar estos espacios y protegerlos. También, puede ayudar ofrecer alternativas para que la expresión artística sea segura y respetuosa.


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