Blog 6 Ander Parra

 Hace poco mi novia y yo nos hemos mudado a un nuevo piso. Desde el primer momento nuestra vecina de en frente nos ha acogido de la mejor manera posible. Es una persona muy amable que nos a ayudado en todo lo que ha podido. No tenía marido ni hijos, pero siempre estaba pendiente de los demás

El otro día subimos juntos en el ascensor, y a medio camino le dio un ataque. Observe que llevaba una gran bolsa. De dentro asomaban varios fajos de billetes y una carta. Leí la carta y en ella explicaba cual era su última voluntad: donar todo el dinero que llevaba consigo a un partido ultraderechista y xenofobo. 

No entendía nada, aquella señora no podía ser ese tipo de persona. Aun así lleve la bolsa a casa y debatí con mi novia el que hacer. Ella estaba igual de sorprendida que yo, pero teniamos que tomar una decisión, ya que contabamos con una gran cantidad de dinero que no era nuestro

En primer lugar, teníamos la posibilidad de cumplir la última voluntad de nuestra vecina y donar todas sus últimas pertenencias a un partido ultraderechista. Ahora bien, donar a un partido político que no defiende los derechos de los inmigrantes o que cree que la violencia de género no es algo real iría en contra de nuestros principios y valores. Cumplir su voluntad significaría contribuir a la expansión de ideas que consideramos discriminatorias, lo que nos generaría una enorme carga moral.


Por otro lado, quedarse con el dinero sin ser su propietario también sería un acto inmoral, ya que implicaría traicionar la confianza de alguien. Aun así quedaría la opción de hacer algo útil con ese dinero, es decir, no quedarnoslo para nosotros sino usarlo para fines mayores.


Finalmente decidimos donar el dinero a una asociación que busca la integración de todos y ayuda a los más necesitados. Quizás no es la voluntad de nuestra vecina, pero tanto mi novia como yo creemos que tomamos la mejor decisión posible.


Hay veces que ninguna decisión va a ser considerada correcta por la mayoría. Muchos pensaran que es inmoral no cumplir la voluntad de una pobre anciana, pero no estarían considerando lo que podrían hacer con ese dinero. Otros estaran de acuerdo con la decisión que hemos tomado nosotros, porque pensarán que hay otras asociaciones que pueden gestionar mejor ese dinero. En fin, nunca se puede tener contento a todo el mundo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Blog 1 Markel

Reseña 2/6

Blog 6 Lander