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El fútbol es un deporte muy popular en el mundo. Yo llevo jugando desde los 7 años y compitiendo desde los 10.  A casi todo el mundo le gusta jugar, ver partidos o hablar de fútbol. Pero aprender a jugar bien no es tan fácil como parece. Se necesita práctica, esfuerzo y ganas. No importa si no has jugado nunca o ya llevas tiempo jugando, siempre se puede mejorar. 

Lo primero que hay que hacer antes de jugar es calentar el cuerpo. Mucha gente no lo hace, ya que piensan que no importa nada pero es algo muy importante. Si empiezas a correr o a chutar el balón sin calentar, puedes lesionarte. Para calentar puedes trotar un poco, mover los brazos y las piernas, hacer círculos con los tobillos y estirar los músculos. Después, hay que aprender a pasar el balón. Saber pasar es casi tan importante como meter goles. Para hacer un buen pase, hay que mirar a tus compañeros, y con el interior o empeine del pie golpear el balón. Si es un pase corto y sencillo mejor con el interior del pie, pero si en cambio quieres hacer un pase de muchos metros mejor con el empeine. 

Otra cosa muy importante es controlar el balón. Cuando la pelota va hacia ti, no hay que dejar que bote demasiado, porque puede irse lejos o acabar en los pies de un rival. Puedes controlarla con el empeine o con la planta del pie, dependiendo de la situación o también depende de lo que se le de mejor a cada uno. También puedes practicar dando toques con los dos pies, para mejorar el control con el balón. El siguiente paso es el tiro a portería. A todos los jugadores les gusta marcar goles, pero hay que saber cómo hacerlo. No se trata de chutar fuerte, sino de colocar bien el balón. Hay que intentar apuntar a los lados o abajo, porque al portero le cuesta más llegar a esas zonas. Cuando tires, mantén la vista en el balón y golpea con el empeine o con el interior si estás muy cerca de la portería. Si practicas tiros desde diferentes distancias te ayudará a mejorar tu tiro a portería.

Durante el partido, hay que saber que para jugar al fútbol no solo se usan los pies. El cuerpo también es importante. Puedes usarlo para proteger el balón. Si el rival se acerca para quitarte la pelota, pon el cuerpo entre el rival y el balón sin empujar. Así podrás mantener la posesión y buscar el mejor pase. A la hora de defender, sé fuerte pero respetuoso. No hace falta hacer faltas agresivas ni empujar. Hay que buscar el momento justo para meter el pie y quitarle la pelota de una forma legal. Un buen defensa es el que recupera balones sin cometer faltas. También es fundamental comunicarse con el equipo. Hablar con tus compañeros, avisar si estás libre o si hay un rival cerca. Escuchar y hablar en el campo hace que el equipo funcione mejor. 

Por último, no olvides lo más importante que es disfrutar del partido. A veces se gana y otras se pierde, pero lo que realmente cuenta es divertirse, aprender y mejorar e intentar ser mejor cada día.