BLOG 2 Bis Nico

La semana pasada visité el Bar Gorliz, ubicado en el Casco Viejo de Bilbao, y probé su pintxo de tortilla. La experiencia fue muy satisfactoria y dejó una impresión duradera. La tortilla tiene una textura jugosa y bien equilibrada, con las patatas cocidas al punto justo, suaves pero manteniendo su forma, y la cebolla aporta un sabor dulce que complementa cada bocado. Elaborada únicamente con patata, huevo y cebolla, demuestra que los ingredientes simples, cuando se preparan con cuidado, pueden ofrecer un resultado excepcional. El precio de 2,40€ por pintxo me pareció muy razonable, especialmente en comparación con otros bares de la zona, donde los pintxos suelen costar más y no siempre alcanzan este nivel de calidad. Es una opción asequible para disfrutar de un plato sabroso y bien ejecutado.

El ambiente del Bar Gorliz es tradicional y acogedor, con un mostrador repleto de pintxos cuidadosamente presentados que reflejan el esmero del lugar. A pesar de que el local estaba concurrido, con un ambiente animado por la mezcla de clientes habituales y visitantes, el servicio fue rápido, eficiente y profesional. Los camareros, siempre atentos, nos atendieron con amabilidad y dedicación, lo que hizo que la experiencia fuera aún más agradable. También compartieron que la receta de la tortilla es una tradición familiar que se ha perfeccionado durante décadas, un detalle que añade un valor especial al plato, conectándolo con la historia gastronómica de Bilbao.

Además, observé que el bar mantiene un alto estándar de limpieza, con mesas ordenadas y un espacio bien cuidado, lo que contribuye a la comodidad general. Pagamos 7,20€ por tres pintxos de tortilla, un precio justo considerando la calidad y el esfuerzo puesto en la preparación. Salí muy satisfecho con la experiencia, con la intención de regresar pronto para explorar otros pintxos del menú. Recomiendo el Bar Gorliz a cualquiera que desee disfrutar de un pintxo de tortilla auténtico, sabroso y preparado con dedicación, acompañado de un servicio atento en el corazón de Bilbao. Es un lugar ideal tanto para residentes como para quienes visitan la ciudad y buscan una experiencia gastronómica de calidad.