Blog 6/6 Zuri
Yo no donaría el dinero a un partido político de ultraderecha, aunque esa fuera la última voluntad de una conocida mía. Entiendo que cumplir su deseo podría parecer lo correcto desde un punto de vista moral, pero también creo que hay situaciones en las que seguir una voluntad injusta o dañina no es lo más responsable. Si ese dinero va a financiar ideas que promueven el odio, la discriminación o la negación de problemas reales como el cambio climático o la violencia de género, estaría participando en algo que considero muy negativo para la sociedad.
Además, pienso que la ética personal y el bien común deben estar por encima de todo. Mi vecina seguramente era una buena persona conmigo, pero eso no significa que sus creencias o decisiones políticas fueran justas. Tal vez actuaba desde la desinformación o desde su contexto, pero eso no hace que su decisión sea correcta.
En mi opinión, lo mejor sería usar ese dinero para hacer el bien, pero sin apoyar una ideología dañina. Por ejemplo, podría donarlo a organizaciones que ayuden a personas mayores como ella, a proyectos sociales, o incluso invertirlo en acciones que beneficien al barrio o al medio ambiente. Así, el dinero seguiría teniendo un propósito positivo y no se convertiría en un medio para propagar el odio o la intolerancia.
Por tanto, no cumpliría esa voluntad, no por egoísmo ni por aprovecharme, sino porque creo que la verdadera justicia está en actuar con conciencia y responsabilidad hacia los demás. Yo elegiría usar ese dinero para construir algo bueno, no para destruir.
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