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El pádel es un deporte que llevo practicando no profesionalmente desde que soy pequeña, yendo los domingos a jugar con mi aita a las pistas de san ignacio. Ahora voy menos, pero que siempre que podemos jugamos porque es un deporte que a mi aita le gusta desde hace tiempo y que me quiso enseñar, por lo que ahora a mi me gusta también.
El pádel es un deporte de raqueta muy parecido al tenis, pero con algunas diferencias que lo hacen único. La pista es más pequeña, está cerrada con paredes o cristales, y esas paredes forman parte del juego. Eso significa que si la pelota bota en el suelo y luego toca la pared, todavía se puede devolver, lo que hace los puntos más largos y emocionantes.
Normalmente se juega en parejas, es decir, cuatro personas en total: dos contra dos. También se puede jugar uno contra uno, pero es menos común. El objetivo es pasar la pelota al campo contrario por encima de la red y lograr que el rival no pueda devolverla.
El saque en pádel es distinto al tenis: siempre se hace por debajo de la cintura y debe ir en diagonal, hacia el cuadro de saque contrario. A partir de ahí, la pelota puede botar una vez en el suelo y se puede usar la pared para continuar la jugada. Si la bola bota dos veces, el punto termina.
En el pádel, los puntos no se cuentan como 1, 2 o 3, sino que se suman de 15 en 15, como si fueran “de diez en diez”. Es decir: el primer punto es 15, luego 30, después 40 y si ganas otro, consigues el juego. Pero si ambos jugadores o parejas están empatados a 40, se llama iguales y para ganar hay que lograr una ventaja, es decir, ganar dos puntos seguidos. Los juegos se van sumando hasta completar un set.
A mí lo que más me gusta es la sensación de satisfacción cuando consigues devolver una pelota muy complicada que parecía imposible, y también las risas que nos echamos en el campo cuando alguien falla una pelota muy fácil. Eso hace que, aunque sea un deporte exigente, porque a parte mi aita y mi tío me exigen, también sea muy divertido y se disfrute en familia o entre amigos.
Aunque nunca haya jugado contra gente que no sea mi familia o amigos de mi aita, siempre me dicen que detrás de él soy la mejor de la familia, pero también es porque soy la que más horas le ha dedicado. Estoy muy contenta de que mi aita me lo haya enseñado porque detrás del baloncesto es el deporte que más me gusta practicar. Esto es porque no lo veo como un deporte, sino como un deporte familiar.
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